El pescado ideal para comer en Cuaresma: rico en Omega-3, fácil de cocinar y sabroso

Mantener una alimentación variada y completa es esencial para preservar la salud del cuerpo. Y no solo eso: tenemos que preocuparnos también de cuidar nuestra mente.

La elección de alimentos ricos en minerales, vitaminas y bajos en calorías suele ser prioritaria. Una selección para una dieta completa que cuide de nosotros en conjunto. 

Entre estos alimentos se destaca un tipo de pescado. Que lo hace por contener uno de los componentes más importantes para una dieta saludable.

El pescado del que vamos a hablar no solo es de los más económicos del mercado. Si no que, al mismo tiempo que ayuda a reducir el colesterol y previene el Alzheimer.

Un pescado perfecto para esta temporada, rico en Omega-3 y muy económico

Las propiedades de la sardina son muchas y muy beneficiosas para la salud. Empezando porque este pescado es una excelente fuente de proteínas, que fortalece el organismo.

Además, contiene minerales como calcio, potasio, fósforo, zinc y vitaminas A, B y C. Su contenido en B12 combate los problemas estomacales, estimula la formación de glóbulos rojos y mantiene el sistema nervioso central.

Y no solo eso, esta vitamina ayuda a mantener en equilibrio el estado de ánimo. Lo físico también es mental y viceversa, y el pescado es uno de los mejores alimentos para activar nuestra actividad cerebral.

Sus 2,2 g de Omega-3 por cada 100 g, la sardina contribuye a reducir el colesterol y las enfermedades cardíacas, al tiempo que beneficia el funcionamiento del cerebro, previniendo el Alzheimer.

Los beneficios para la salud de consumir sardinas continúan. Previenen la osteoporosis y ayudan en la fijación de minerales en los huesos.

También colaboran en el suministro de energía, previenen la anemia o reducen el riesgo de diabetes. Además de mejorar el estado del cerebro, protegernos de enfermedades cardíacas y fortalecer uñas y cabello.

¿Cómo consumir y preparar la sardina?

La Fundación del Corazón destaca la importancia de incluir la sardina en la dieta mediterránea. Puedes integrar la sardina de manera sencilla en tus comidas diarias.

Podemos acompañarla o añadirla en ensaladas o combinarla con pastas y salsas frescas. O, simplemente, prepararlas al horno o a la parrilla, donde la piel queda crujiente y supersabrosa.

Al comprar sardinas frescas, es crucial asegurarse de algunos detalles. Que tengan ojos brillantes, carne firme, estén limpias y tengan escamas con un color tornasolado.

Estos indicadores garantizan la calidad del pescado que estás eligiendo para disfrutar de sus beneficios para la salud. Un pescado que siempre tienes a tu disposición, está rico y es de los más baratos. ¡No se puede pedir más!