Europa se encuentra bajo la influencia de una corriente meteorológica extrema que está causando estragos en diferentes partes del continente.
Dos sistemas de baja presión, la borrasca Daniel en Grecia y la DANA en España, están siendo protagonistas de una situación preocupante que ha captado la atención del meteorólogo Mario Picazo.
Mario Picazo ha advertido sobre la situación actual. En un mensaje en redes sociales, el meteorólogo advirtió que estos eventos meteorológicos están siendo alimentados por un combustible inusual, lo que aumenta la intensidad y el impacto de estas tormentas.
La borrasca Daniel, que se ha centrado en Grecia, ha llevado a este país al borde de una crisis meteorológica sin precedentes. Desde hace días, Grecia ha estado lidiando con fuertes lluvias, vientos huracanados y deslizamientos de tierra.
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Lo que preocupa aún más a los expertos es que la borrasca Daniel podría intensificarse y convertirse en un "medicane", un término utilizado para describir un ciclón tropical en el Mediterráneo. Si esto ocurriera, los efectos devastadores podrían agravarse aún más, poniendo en riesgo vidas y propiedades.
Por otro lado, la DANA que ha afectado a España ha sido igualmente destructiva. Esta depresión aislada en niveles altos, que se formó inicialmente en el Atlántico, se fusionó con los restos del exhuracán Franklin en lo que se conoce como un efecto Fujiwhara.
Esta fusión ha contribuido a que la DANA sea aún más poderosa y perturbadora.
La formación e intensificación de una DANA combinada con una borrasca, es un fenómeno que se observa de vez en cuando en Europa. Sin embargo, lo que parece menos común es que ocurra en esta época del año. Sobre todo, con la intensidad con la que hemos sido testigos en los últimos días.
En España, suele afectar a las regiones del Mediterráneo en pleno otoño, generalmente entre los meses de octubre y noviembre.
Durante este período, las incursiones de aire frío se vuelven más frecuentes y las temperaturas del aire comienzan a descender. Esto se combina con la circulación de vientos de levante u otros similares en la superficie. Traen consigo un aporte significativo de vapor de agua.
El agua del mar todavía conserva temperaturas relativamente altas después de un largo verano. Estos ingredientes son los responsables de la generación de poderosas tormentas que descargan cantidades copiosas de precipitación sobre la región.
Sin embargo, lo que resulta llamativo en la situación actual es la formación de una DANA a finales de agosto y principios de septiembre. Una época en la que generalmente las condiciones de inestabilidad meteorológica no son tan pronunciadas.
Uno de los principales ingredientes que solía ser más característico del otoño es la presencia de aire frío en capas medias de la atmósfera.
Tradicionalmente, este aire frío se asocia con las DANAs y su capacidad para generar lluvias intensas. Lo que está ocurriendo en los últimos años es que estas condiciones se están volviendo más comunes durante todo el año, incluso en verano.
Este año ha sido un ejemplo de esta tendencia, donde el agua tanto del Atlántico como del Mediterráneo se encuentra más cálida de lo habitual.
En algunos casos, las temperaturas del agua han estado entre 3 y 5 grados por encima de la media para estas fechas. Esta anomalía en las temperaturas del agua tiene una influencia directa en la formación de DANAs.
Esta situación está relacionada con el cambio climático, que está siendo impulsado por la actividad humana. A medida que las temperaturas globales continúan aumentando, los océanos también se están calentando, lo que provoca una mayor evaporación del agua superficial.