Facebook nació como una red social. Bueno, mejor dicho, nació como un espacio web donde los usuarios pudieran subir fotografías que sus colegas universitarios pudieran luego ver. Esto fue en 2004, cuando se lanzó el servicio en las habitaciones de la universidad de Harvard. La evolución y el crecimiento fueron rápidos. Estamos hablando de una época en la que Internet comenzaba a conectar personas, no solo ya documentos y contenidos, y por lo tanto, se comienzan a relacionar personas y nace así el concepto de “red social” (entendido como hoy lo conocemos).
Hoy en día, Facebook, ha cambiado mucho. Su evolución hacia un medio de comunicación de masas parece bastante clara. Los usuarios de Facebook pasan ya más tiempo informándose en Facebook que interesándose por lo que sus amigos han hecho el pasado fin de semana o la última foto que han subido y, a tenor de los datos de consumo de información en redes sociales, los millenials harán acrecentar aún más esta tendencia. Y Facebook, esto lo tiene bastante claro.
Su valor en bolsa y su alta cotización bursátil, hacen pensar que su estrategia de hacer que estemos mucho rato dentro del propio Facebook, esté alineada con esta evolución sufrida. Por ejemplo, su funcionalidad Instant Articles, que permite que creemos contenidos dentro del propio Facebook para ser consumidos en dicho entorno. Una tecnología, además, adaptada para dispositivos móviles, lo cual aumenta aún más la experiencia de usuario. ¿Qué busca Facebook con este tipo de tecnologías? Pues que creemos contenido dentro de su propio entorno, sin que tengamos que salir de ahí.
Si aumentamos nuestro tiempo de estancia en Facebook, la lucha con los medios de comunicación e información tradicionales será mayor. Y así, Facebook, seguirá evolucionando al gran medio de comunicación de masas (no olvidemos que tiene 1.600 millones de usuarios activos en todo el mundo) que es hoy en día.
Pero, a diferencia de estos medios de comunicación tradicionales, el contenido le sale gratis. Es una TV a la que sale el contenido de una manera muy rentable. Facebook no tiene periodistas, sino que tiene usuarios que están encantados de generar contenido ahí, porque aumenta su exposición y su posibilidad de impacto a personas. De esta manera, se convierte en una infraestructura de soporte para el mundo de la información y la comunicación que hace que podamos pensar que en un futuro, sea la “base” sobre la que pivoten muchos negocios y sectores que tradicionalmente su propuesta de valor ha sido el contenido.
En todo ello, veo un primer peligro, que no quería dejar de citar. A sabiendas de todo esto, el poder de Facebook es realmente alto. Como medio de comunicación de masas, su capacidad de influencia, también. Pero la gran diferencia con un medio de comunicación tradicional en el que el usuario elige su “menú de contenidos“, Facebook lo hace por nosotros. Y esto, en un algoritmo de “caja negra”, es un peligro del que creo, debemos, al menos, ser conscientes. Más de 100.000 factores que pondera el algoritmo de Facebook para discernir qué noticias pueden ser las que más nos interesen. Una inteligencia, con una ética ciertamente dudosa.
Por último, no quería terminar esta breve reflexión sobre el futuro de Facebook sin hacer referencia a dos de las últimas novedades comentadas en la reciente F8 (Facebook Developer Conference). Por un lado, el interés que tiene Facebook por potenciar su Facebook Messenger como herramienta de comunicación instantánea, a la que además, le están añadiendo muchas capacidades de ayuda con los bots. Estos “chatbots”, como soporte a las comunicaciones, pueden ser de enorme ayuda para las empresas a la hora de atender consultas, pedidos, etc. Por ello, el abrir esta línea de negocio como infraestructura de soporte a las comunicaciones cliente-empresa (un movimiento parecido al que hizo Microsoft con Skype), me parece muy interesante y relevante.
Por último, las aventuras de Facebook con la realidad virtual. Con el concepto de “realidad virtual social“, lo que buscan es generar experiencias virtuales que puedas compartir con tus amigos, y que, de nuevo, Facebook pase a ser la infraestructura sobre la que generar esas experiencias. Imagínense lo que pudiera ser a futuro que desde el salón de su casa, vivan la experiencia de estar en Nueva York, usando para ello tecnologías Facebook de realidad virtual, que te permitan compartir la experiencia virtual con sus amigos. O, es más, compartir ese viaje con amigos que tenemos en China, Chile y Australia, en el mismo tiempo, el mismo lugar virtual, sobre Facebook. ¿Podemos pensar así ya en agencias de viaje virtuales? ¿Empresas de generación de experiencias virtuales sociales?
Que Facebook sigue haciendo apuestas que marcarán tendencia me parece claro. Que quiere ser la infraestructura de muchos negocios, también parece claro. Pero lo que tenemos que tener también nosotros claro es que su poder es cada vez mayor, y como tal, al menos, debemos consumirlo conscientemente.