El agua es un elemento esencial sin el cual no podríamos vivir. De hecho, la mayor parte de nuestro cuerpo está formada por agua. Se estima que un 65 % aproximadamente del peso corporal de una persona adulta está compuesto por agua.
Según la OMS un adulto sano requiere de 35 ml de agua al día por kilo de peso corporal. Para hacernos una idea, una persona de 70 kilos debería beber 2,4 litros.
Siempre se ha dicho que beber agua ayuda a la pérdida de peso. Pero lo que parecía ser un mito o un antiguo dicho parece ser real.
Un estudio realizado por el Departamento de Nutrición Humana, Alimentos y Ejercicio de Virginia ha observado lo siguiente. Los adultos con obesidad de entre 55 y 75 años que han consumido 500 ml de agua junto a una dieta hipocalórica perdían peso más fácilmente.
Es decir, no solo perdieron peso por el déficit calórico, sino que el hecho de beber agua ayudó a que este fuera más efectivo.
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El razonamiento que hacen los expertos respecto a este resultado es que la toma de agua antes de comer disminuye el apetito. Esto provoca que la ingesta de energía de las comidas sea menor y se consuman menos calorías totales.
Si quieres perder grasa sin duda el agua te será de gran utilidad para conseguir tu objetivo. Si no estás acostumbrado/a a beber puedes empezar poco a poco e ir incrementando la cantidad a medida que vayas afianzando este hábito.
A continuación tienes algunos trucos que puedes implementar para aumentar tu ingesta de agua durante el día. Verás como poco a poco el cuerpo se irá acostumbrando y te pedirá él solo que lo hidrates.
Llevar una botella de agua contigo y tenerla a la vista hará que, cuando la veas, pienses en beber. Muchas veces tenemos sed, pero no sabemos identificarla. Si ves la botella delante seguro que te será más fácil aumentar el número de sorbos que le das.
Actualmente hay muchísimas cantimploras y botellas de agua con diseños superoriginales. Encuentra una que te guste y conviértela en una extensión de ti. Llévala contigo allá donde vayas.
Si lo que te ocurre es que no bebes agua porque no le encuentras sabor, dáselo tú. Aunque hablamos de agua, no hay que perder de vista que el té, el café o las frutas y las verduras tienen agua también.
Existe una gran diversidad de sabores de tés con los que puedes saborizar tu agua. Claro que esta opción es un poco más engorrosa porque no siempre tienes el tiempo o los medios para hacerlo. En esos casos en los que quieres algo rápido introducir frutas será tu mejor opción.
¡Prueba a echarle limón o frutos rojos a tu agua y verás qué cambio! También puedes probar con pepino. Conseguirás una bebida refrescante y nutritiva.
El móvil es un dispositivo sin el cual a día de hoy no podemos vivir. Utiliza los recordatorios para que te avise de que tienes que beber agua. Ponte uno cada hora u hora y media y así no te despistarás.
Hay infinidad de aplicaciones diseñadas específicamente para personas que tienen resistencia a beber agua. Encuentra la que más te guste y úsala a diario. Así verás tu progreso y te motivarás para no desistir.
Si dispones de un smartwatch lo más probable es que te dé la opción de introducir el agua que bebes. Busca aquella manera que mejor se adapte a ti para conseguir consumir esos 2 litros de agua tan necesarios.