El escenario es claro: la gasolina y, especialmente, el diésel, no atraviesan su mejor momento comercial.
La UE ha concedido una moratoria para el uso de combustibles sintéticos o e-fuels como única alternativa viable. Sin embargo, se prevé que sean costosos, lo que hace que su adopción en el mercado sea una incógnita.
En cambio, a corto plazo, el destino de los combustibles, en particular del diésel, no parece más prometedor.
El diésel representa solo un 24 por ciento de la cuota de mercado en las matriculaciones, mientras que la gasolina acapara un 37 por ciento.
Constituye únicamente el 10 por ciento de la producción total en las fábricas, aún circulan millones de vehículos diésel por las carreteras.
NOVEDAD WHATSAPP: Recibe GRATIS el Santoral Diario en tu móvil ¡Entérate por WhatsApp de qué Santo es cada día!
Uno de los problemas más evidentes es la depreciación de los vehículos diésel en el mercado de segunda mano.
A medida que la demanda disminuye y la oferta crece debido a las ventas de vehículos, los precios de reventa del diésel se están desplomando. Esto significa que los propietarios que planean vender sus vehículos en el corto plazo podrían ver una disminución significativa en el valor de su inversión.
Además, los costes de mantenimiento de los coches diésel tienden a ser más altos en comparación con los vehículos de gasolina o eléctricos.
Los motores diésel requieren cuidados específicos, como cambios de aceite más frecuentes y mantenimiento del sistema de inyección de combustible, lo que puede traducirse en gastos adicionales para los propietarios.
El precio del diésel está subiendo y amenaza con continuar su ascenso en los próximos meses. Este aumento, que ha sido notable en un corto período de tiempo, preocupa a los consumidores y expertos por igual. A principios de mes, el precio promedio del diésel se encontraba en 1,504 euros por litro.
Sin embargo, actualmente se ha elevado significativamente, llegando a 1,618 euros por litro y sin indicios de detenerse en su escalada.
El incremento en la demanda de combustible es un factor común en esta época del año. Sobre todo, debido al aumento de la movilidad durante las vacaciones de verano. Sin embargo, esta vez, factores externos se han sumado a la ecuación, exacerbando aún más el problema.
Uno de estos factores es la reducción en la extracción de petróleo realizada por la OPEP+ con el objetivo de "apoyar la estabilidad y el equilibrio en los mercados de crudo". Esta medida ha limitado la producción de petróleo, incrementando la escasez y, por consiguiente, elevando los precios del barril de petróleo.
Además, Arabia Saudita, otro importante productor de petróleo, ha decidido limitar periódicamente su extracción de crudo, extendiendo estas restricciones hasta 2024. Estas acciones han aumentado la inestabilidad en el mercado petrolero y amenazan con una mayor escasez en el suministro global de crudo.
La situación se vuelve aún más inquietante al considerar las reservas de petróleo, que se encuentran en niveles considerablemente bajos en comparación con años anteriores.
Esta es una señal preocupante para las previsiones de precios del diésel. La menor capacidad de producción de petróleo debido a la tensión entre Rusia y Ucrania, así como los embargos impuestos por las autoridades, han contribuido a esta situación.
Los expertos de la agencia Bloomberg advierten que el diésel podría enfrentar grandes problemas durante el próximo invierno. El temor es que los precios del diésel continúen aumentando y que incluso se impongan restricciones en su disponibilidad en algunos lugares.