Montaje de unos niños comiendo con su madre y una chica diciendo 'no' con el dedo

Avisan de la cena que muchos padres dan a sus hijos: no es nada sana aunque lo parezca

Muchas familias recurren a ella semanalmente

Alimentar a los más peques de la casa puede ser todo un desafío, sobre todo cuando se trata de hacer que coman verduras y pescado. Parece que estos alimentos tienen un superpoder para convertirse en los villanos más temidos por los niños.

Pero no te preocupes, ya que no es una misión imposible. En este artículo no solo te daremos algunos consejos prácticos. Si no que también te explicaremos tres razones para sacar un alimento de la dieta de tus hijos.

Hay la creencia de que es saludable

A menudo, algunos alimentos parecen más saludables que otros porque contienen tipos específicos de proteínas. Sin embargo, en este sentido afectan desde el tratamiento que se le da a la comida a añadidos como conservantes o colorantes.

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En los comedores escolares hay un plato que nunca falla por su popularidad entre los niños. Estamos hablando ni más ni menos que las crujientes y sabrosas barritas de pescado.

El problema de los fabulosos deditos de merluza o similares es que no dejan de ser un alimento ultraprocesado ​​y ultracongelado.

Es sorprendentemente fácil y relativamente rápido de preparar. Por lo que se ha convertido en una opción semanal para muchas familias en España y en todo el mundo.

El sabor y la textura de la comida frita no tiene nada que ver con la comida real. Las barritas de pescado, aunque pueden parecer una opción conveniente y apetitosa para alimentar a tus hijos, no son la opción más saludable.

Barritas de pescado y la mano con el pulgar mirando hacia abajo
Las barritas de pescado predominan en los comedores escolares | Getty Images Signature, Jaruka

De hecho, los deditos de merluza pueden no ser beneficiosas para la dieta de tus pequeños. Para empezar, suelen estar hechos de pescado blanco procesado y empanizado.

Y es que, durante su proceso de fabricación, se pueden perder muchos de los nutrientes esenciales presentes en el pescado fresco. Además, la capa de empanizado a menudo contiene aditivos y grasas poco saludables.

Alto contenido de grasas saturadas y calorías

Las barritas de pescado suelen ser altas en grasas saturadas debido al empanizado y la fritura. El consumo excesivo de grasas saturadas no solo puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y obesidad en los niños.

Si no que también suelen ser bastante calóricas. Lo que puede contribuir al exceso de peso y la falta de nutrientes en la dieta de tus hijos.

Asimismo, cabe destacar otro aspecto. Para mantener las barritas de pescado en buen estado durante un período prolongado, a menudo se agregan aditivos y conservantes.

Estos pueden incluir sabores artificiales, colorantes y otros ingredientes que pueden no ser saludables. Y en algunos casos, pueden desencadenar alergias o intolerancias en los niños.

El pescado y los niños

Tal como hemos podido ver hasta ahora, parece que los niños tienen un radar interno. Pueden detectar hasta la más mínima presencia de pescado en sus platos y utilizarlo como excusa para rechazar la comida.

Montaje con el mostrador de una pescadería y un círculo con varios arenques amontonados
Los pescados tienen su propio ciclo biológico y hay un momento del año en el que su consumo es más óptimo | Getty Images Pro, Kzenon

Sin embargo, el pescado es una fuente importante de ácidos grasos omega-3, fundamentales para el desarrollo cerebral y la salud cardiovascular. No te rindas porque hay formas de superar este desafío acuático.

Hazlo divertido. Transforma la hora de comer en un juego emocionante creando platos coloridos. Todo al mismo tiempo que utilizas tu imaginación para darle formas divertidas al pescado.

De este modo, ya verás como los niños estarán más dispuestos a probar algo nuevo si parece una aventura. Al mismo tiempo, también puedes involucrar a tus hijos en la preparación de las comidas.

Permíteles elegir las verduras o el pescado en el supermercado y dejar que participen en la cocina. Cuando los niños se sienten parte del proceso, es más probable que estén dispuestos a probar nuevos alimentos.