El dinero surgió del mercado, no de la aplicación de ninguna ley. Sin embargo, como suele ocurrir, una vez el mercado crea algo, luego alguna ley lo regula. Así, los reyes -que eran por aquel entonces los “legisladores”- quisieron tener para ellos el monopolio de la creación del dinero. Y aquí nace el “cariño” a acuñar monedas metálicas con la cara o sello de los gobernantes. ¿Os suena?
Como el mercado era el que regulaba el valor, una moneda de cobre solía valer menos que una de plata y esta menos que una de oro (como con la entrega de medallas en las Olimpiadas). Sin embargo, una vez que se monopolizó su emisión, se pudo determinar por ley el valor de cambio de esas monedas.
De esta forma, el soberano podía reducir la proporción del metal valioso de la moneda y poner en su lugar un metal más barato. La moneda entonces valía legalmente -nominalmente- más que lo que valían los metales de que estaba compuesta -realmente-. Esto es lo que se conoce como Señoreaje.
Como no había Internet, se tardaban en dar cuenta de estas manipulaciones, pero en algún momento descubrían como lo que antes se podía comprar con cierto número de monedas de oro, ahora se compraba con una mayor cantidad de monedas, dado que cada una contenía menos oro. En otras palabras, el soberano mediante su poder legislador, inflaba el valor de unas monedas poco valiosas.
Y esto entraba en una espiral peligrosa. El mercado se iba dando cuenta de lo poco que valía realmente cada una de esas monedas, así que los vendedores pedían más monedas, es decir, “subían el precio” de sus artículos. A esto se le llamó inflación, la nuestra, la actual.
Uno pudiera pensar que dado que la cotización del oro sube, la producción aumenta en proporción. Sin embargo, desde que en 2001, la producción mundial de oro alcanzase su récord con 2600 toneladas, el número de toneladas producidas anualmente no ha parado de caer.
Es interesante conocer también que entre los ocho mayores productores de oro, la producción para siete de ellos -clasificados por volumen de producción de oro en toneladas- está por debajo de su pico: Australia (-10%), Sudáfrica (-73%), EEUU (- 34%), Canadá (-43%), Indonesia (-11%), Perú (-26%) y Rusia (-5,8%). Solo China tiene una producción de toneladas por encima de su producción más alta, lo cual se une a los récords que este país cosecha en otros aspectos.
Las reservas de oro, en manos de los bancos centrales de los países, son empleadas como depósitos de valor. Vamos, como un “ahorro”, un sitio donde resguardar riqueza de los Estados.
En 2001, había cálculos que estimaban que se habían extraído de las minas un total de 145.000 toneladas métricas. Hoy en día, las reservas mundiales de oro son de aproximadamente 170.000 toneladas.
¿Por qué tener reservas en oro? Durante muchos siglos, el oro ha sido escaso, difícil de obtener, etc., lo que ha llevado a que sea conocido como sinónimo de riqueza y valor refugio. Sin embargo, hoy en día -y probablemente ya desde hace unos cuantos siglos- no sé si existe razón económica que justifique este papel.
Para que os hagáis a la idea, aproximadamente el 1% de todo el oro extraído (370 toneladas métricas) fue extraído durante los primeros 5 años de la Fiebre del oro de California, que fue cuando comenzó el auge de este metal. A finales de 2004, los bancos centrales y organismos oficiales mantenían casi el 20% como activo de reserva.
Los países y organismos oficiales con mayores reservas de oro son:
1. EEUU: 8.133 toneladas, un valor total de $361.800 millones.
2. Alemania: 3.402 toneladas, un valor total de $151.300 millones.
3. Fondo Monetario Internacional (como supervisor de las operaciones económicas de los 187 países miembro, mantiene reservas para estabilizar los mercados internacionales y ayudar a los países que así lo precisan): 2.827 toneladas, un valor total de $125.700 millones.
4. Italia: 2.451,8 toneladas, un valor total de $109.000 millones.
5. Francia: 2.435,4 toneladas, un valor total de $108.300 millones.
6. China: 1.054,1 toneladas, un valor total de $46.900 millones.
7. Suiza: 1.040,1 toneladas, un valor total de $46.300 millones.
8. Rusia: 784,1 toneladas, un valor total de $34.900 millones.
9. Japón: 765,2 toneladas, un valor total de $34.000 millones.
10. Países Bajos: 612,5 toneladas, un valor total de $27.200 millones.
Las pilas de oro más grandes del mundo las habréis visto recreadas en varias películas. Están en las profundidades de la filial neoyorquina del banco de la Reserva Federal estadounidense, cerca de Wall Street. Aproximadamente, un total de 7.000 toneladas de oro guardadas en una bóveda en el quinto subsuelo del edificio.
Otra parte está en Fort Knox y otra en West Point. El oro guardado en Nueva York pertenece en gran parte a 36 gobiernos extranjeros que buscan no solo seguridad financiera, sino también física.
Seguridad extrema, incluso la identidad de los propietarios de dichos lingotes. Las fotografías están prohibidas. En la entrada de la bóveda se puede leer una inscripción -de color dorado, claro- que cita al célebre escritor Johann Goethe: “El oro es irresistible”.
Lo interesante de mantener reservas de oro, es saber en qué proporción estas se hallan respecto al total de billetes que se tengan emitidos/impresos (cabe recordar que el dinero en circulación en un Estado son obligaciones de pago para un Banco Central). Son los que tienen el monopolio, el señoreaje.
Hay una famosa cita de Buffet al respecto: “Sacamos el oro de la tierra, lo derretimos, hacemos otro agujero, lo enterramos, y pagamos a gente para que se quede ahí cuidándolo.”
Y es que al inversor entre los inversores, nunca le ha gustado el oro. En la carta del 2011 (la que escribe anualmente a sus inversores), aparece una reseñable cita sobre por qué nunca le ha gustado el oro:
“Dentro de un siglo los 400 millones de acres de tierras de cultivo habrán producido ingentes cantidades de maíz, trigo, algodón y otros cultivos – y seguirán produciendo un botín valioso, sea cual sea la moneda. Exxon Mobil, probablemente habrá entregado miles de millones de dólares en dividendos a sus propietarios y también tendrá activos por valor de varios billones más (y, recuerde, usted consigue 16 Exxons). Las 170.000 toneladas de oro no cambiarán de tamaño y seguirán siendo incapaces de producir nada. Puede usted acariciar el cubo, pero este no va a responder.”