Zascas, discusiones y pocas propuestas: lo más destacado del debate electoral de RTVE
El segundo debate entre candidatos en Cataluña fue en general flojo, pero acaba con algunas frases para recordar
Uno siempre se pregunta si los debates electorales realmente sirven de algo o no. La sensación es que sirven para que los convencidos voten más convencidos y que los indecisos sigan con dudas o directamente decidan pasarse al abstencionismo. El debate en Televisión Española acabó un poco con este sabor de boca.
El de RTVE era el segundo debate entre candidatos a la presidencia tras el celebrado la semana pasada en RAC1 y La Vanguardia. En general, hubo mejora. Tampoco era difícil, ya que el de viernes pasado fue tremendamente flojo.
Por lo menos, hubo menos faltas de respeto, que ya es algo. Eso sí, de propuestas, más bien pocas. Lo que sí hubo es una sobreexplotación de los lemas de campaña que están repitiendo hasta la saciedad los diferentes partidos. Repasamos, uno por uno, el papel de los candidatos, los aspectos más destacados de sus intervenciones. y los zascas, discusiones, reproches i chistes més rellevants de la nit.
Salvador Illa (PSC)
Lleva unos años reforzando su perfil de presidente. Así lo sigue haciendo durante la campaña y así lo hizo en el plató de RTVE.
Con un discurso amplio que puede gustar tanto a algunos sectores económicos como a sectores más de izquierdas, Salvador Illa intentó no meterse en jardines que le puedan penalizar. Eso sí, no lo consiguió del todo.
Primer patinó al verse ganador y afirmar que se presentará a la investidura. Después, su intento de talante conciliador le llevó incluso a defender a Puigdemont y Junqueras cuando Carrizosa les acusó de robar. Y, finalmente, buscó varias veces el choque con Alejandro Fernández en unos enfrentamientos que tuvo al popular como vencedor.
Pere Aragonès (ERC)
Fue la viva imagen del ‘quiero y no puedo’. Buscó un protagonismo que no consiguió en ningún momento. Es lo que pasa cuando tienes poco carácter y poco carisma.
Claro que tampoco ayuda si tu principal argumento es la obra de gobierno de un ejecutivo que ha dejado Cataluña como la ha dejado. También insistió en los reproches al resto de formaciones por no aprobar los últimos presupuestos. Como si a estas alturas le importase a alguien.
Un momento divertido fue cuando acusó a Junts de falta de liderazgo. Sí, cómo lo leen: Pere Aragonès acusando a alguien de falta de liderazgo. Seguramente, el chiste de la noche.
Josep Rull (Junts)
Muy discreto. Demasiado de hecho. Una de las principales cartas que está jugando Junts en esta campaña es la del victimismo. Y Rull sería la definición perfecta de ello. No es de extrañar que los juntaires hayan apostado por poner todos los ahorros a la carta Puigdemont. Porque si el mejor que tienen para acudir a un debate es Josep Rull, mal asunto para ellos.
Ignacio Garriga (Vox)
El líder de Vox quiso ir a lo seguro. No se la jugó metiéndose en jardines de los que podría no salir airoso. Mejor jugar en terreno conocido.
Y así lo hizo: estuvo cómodo con sus temas estrella como la inseguridad, la inmigración y los reproches a los procesistas y el PSC. Eso sí, sus rivales intentaron evitar al máximo la confrontación con él, algo que hizo que a veces se le viera descolocado.
Laia Estrada (CUP)
Más floja (y más educada) que en el debate de la semana pasada. Fue de más a menos, algo significativo teniendo en cuenta que tampoco no es que empezara demasiado bien.
Compitió con Pere Aragonès por el chiste más destacado de la noche. “No se tiene que vender humo ni recetas mágicas”, dijo. Eso, el mismo día que proponía una paguita para toda la ciudadanía de 900 euros al mes. O al día siguiente de proponer una jornada laboral de 30 horas semanales con un sueldo mínimo de 1.600 euros netos al mes. ¡Suerte que no se tiene que vender humo ni recetas mágicas!
Jèssica Albiach (Comuns/Sumar)
La líder de los Comuns es una de las mejores candidatas en lo que puesta en escena se refiere. Se crece en los debates y no rehuye del cuerpo a cuerpo.
Sin embargo, fue de más a manos. Empezó relativamente bien pero el globo se fue deshinchando hasta el punto de que protagonizó uno de los patinazos de la noche. Fue cuando reivindicó el éxito de Ernest Urtasun para que el catalán se pudiera hablar en el Congreso, cuando eso se pactó y aprobó antes de formarse gobierno y de que él fuera ministro de Cultura.
Carlos Carrizosa (Ciudadanos)
Todo el mundo sabe que Ciudadanos tiene prácticamente imposible obtener representación. E incluso Carlos Carrizosa parece tenerlo asumido. Por este motivo, el candidato de los liberales mostró una actitud de aquel que sabe que realmente tiene poco a perder ya.
Estuvo cómodo con su discurso esencialmente centrado en criticar a los procesistas, al PP y al PSC. Hasta que buscó las cosquillas a Alejandro Fernández y este le tumbó recordándole el futuro prácticamente seguro que le espera.
Alejandro Fernández (PP)
Fue de menos a más. En un principio daba la sensación de que, con una tendencia al alza en las encuestas, su apuesta era no arriesgar, ir a lo seguro y evitar choques innecesarios.
Sin embargo, estamos hablando de Alejandro Fernández y eso no casa no él. Con la discusión con Carrizosa se vino arriba y poco después se las tuvo con Salvador Illa. Igual que hizo el candidato naranja, el líder del PSC lo buscó y lo encontró.
Tras echarle en cara sus discrepancias con Feijóo, Fernández respondió sin piedad. “Cuando mis principios y valores están encima de la mesa, doy mi opinión libremente. A diferencia de usted, que cuando aparece Pedro Sánchez, genuflexión pura. Y hace como el gran José Luis López Vázquez: aquí un siervo, aquí un esclavo”.
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