
VÍDEO | Agreden a un militante de Aliança Catalana en una parada informativa
El partido de Sílvia Orriols asegura que los agresores son 'miembros cercanos a la CUP'
Nuevo episodio de violencia política y simbólica en Cataluña. Y como viene siendo habitual los protagonistas son personas del ámbito de la izquierda independentista, según ha denunciado Aliança Catalana. En esta ocasión, los hechos han sucedido en la ciudad de Berga.
El patrón es el mismo de otras ocasiones: el partido de Sílvia Orriols despliega una parada informativa y alguien se acerca para increparla, o directamente agredir. Como se aprecia en las imágenes del vídeo, un grupo de tres jóvenes pasa con actitud desafiante ante la parada. Entonces, uno de ellos le propina una patada a un cartel de Sílvia Orriols. Acto seguido, los jóvenes se encaran con uno de los simpatizantes de AC.
Desde Aliança Catalana han denunciado este nuevo episodio de violencia. Oriol Gès señalaba a través de redes que “el odio, las agresiones y los insultos solo evidencian su miedo ¡Saben que el próximo ayuntamiento se teñirá de azul!”. La lideresa del partido, Sílvia Orriols, ha denunciado que “el islamoizquierdismo no tolera a Aliança Catalana”:
Hay que tener presente que Berga es junto con Gerona capital uno de los pocos feudos electorales de la CUP. En este sentido, Aliança Catalana está inmersa en una estrategia de penetración local de cara a las próximas elecciones municipales. De este modo, la tensión natural que hay entre CUP y AC se redobla cuando adquiere tintes municipales.
No es un caso aislado
Durante los últimos años, y llegando hasta el día de hoy, desde la CUP y sus satélites se ha alentado la violencia política contra los adversarios. Esta ha sido una dinámica general que la política catalana ha tolerado. Ahí están, por ejemplo, los numerosos casos de violencia contra organizaciones constitucionalistas, como S’ha Acabat, y otros partidos políticos, desde el PSC hasta Junts.
En cualquier caso, el blanco de sus iras es ahora mismo Aliança Catalana, pues representa una grieta dentro del ecosistema procesista. En algunos casos, estas agresiones han acabado mal y en procesos judiciales. Cabe recordar, por ejemplo, la agresión a un militante de AC en Barcelona, que tuvo que ser trasladado al hospital. El caso está abierto en un juzgado.
Así mismo, tampoco han faltado los episodios de violencia simbólica, con actividades del tipo “dispara al facha”. Esto evidencia que los sectores más intransigentes del procesismo están en un claro momento de retroceso social y electoral.
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