La peculiar forma de Gabriel Rufián para celebrar todos los años el 12 de octubre

Si Twitter fuera el centro del mundo, Gabriel Rufián sería uno de los personajes más importantes. Pocas personas tienen el impacto del político de ERC en esta red social, donde ya le siguen casi un millón de personas. A Rufián le sigue más gente que a Puigdemont, Junqueras, Feijóo o Yolanda Díaz. Por suerte, es solo un dato y la vida no se rige en clics. 

A Gabriel Rufián le sucede lo mismo en Twitter que en la vida real. Uno lo lee o le escucha por primera vez y le parece divertido, hasta ocurrente. Esa forma de 'nueva política' que el 15M puso de moda y que parecía que había venido para quedarse. El problema es que cuando escuchas lo mismo por quinta vez, ya parece más aburrido.

Esto es exactamente lo que le sucede a Gabriel Rufián. Este 12 de octubre ha querido celebrar a su manera el Día de la Hispanidad con una publicación de las suyas. En esta, se podría ver la bandera de muchos países de América con la palabra "invasión", mientras que al lado de la bandera española salía la palabra "descubrimiento".

Lo curioso del caso es que hizo la misma publicación en 2022, en 2021 y en 2019. Podríamos decir que solo la pandemia frenó a Gabriel Rufián un 12 de octubre. Sea lo que sea, la influencia del jefe de filas de ERC en Madrid sigue siendo alta. Esta curiosa forma de celebrar el Día de la Hispanidad ha conseguido en ocho horas un alcance de dos millones de personas, unas cifras brutales.

Rufián y su opinión sobre Israel y Palestina

Los 'tuitstars" son como los tertulianos de antes: pueden hablar de cualquier cosa. La diferencia es que en Twitter siempre hay alguien que te puede responder y a veces te saca a relucir las costuras. Le ha pasado a Rufián con Israel. El miércoles 11 de octubre quiso dar su versión sobre Israel, Palestina y Hamás.

La opinión de Rufián, que ya tiene casi 10.000 republicaciones y 30.000 likes, también ha levantado algunas críticas. Sobre todo por ser un análisis donde falta contexto en un conflicto tan complejo que nadie, ni Gabriel Rufián, puede resumir en seis puntos.