
El pacto de la vivienda desengrasa las relaciones entre el Govern, ERC y Comuns
Los socios de Illa rebajan la tensión y acceden a negociar el suplemento de crédito
La concesiones del Govern a ERC y Comuns para desencallar el decreto ley de la vivienda ha abierto una nueva etapa en las relaciones de los partidos progresistas. Tras la buena sintonía exhibida la semana pasada en el Parlament, ERC y Comuns han levantado el veto para empezar a negociar el suplemento de crédito. Se trata de un trámite vital para las inversiones previstas por el Govern de Salvador Illa.

El President respira más tranquilo después de semanas de mucha tensión. Una tensión que culminó con la reprobación de la consejera de Territorio Sílvia Paneque por el caos de Rodalies. Y que ahora empieza a relajarse tras el acuerdo progresista de la vivienda.
Comuns y ERC bajan el listón
Los Comuns advirtieron que el decreto ley de la vivienda era crucial e incluso amenazaron con hacer descarrilar la legislatura sino salía adelante. El acuerdo de la semana pasada estrecha los lazos entre el PSC y los ecosocialistas. Estos entienden que ya se dan las condiciones para empezar a negociar el suplemento de crédito.
También ERC ha tendido la mano al Govern para empezar a negociar las condiciones del suplemento de crédito. Los republicanos han recibido este martes otra buena noticia con la dimisión del delegado de la Generalitat en Perpiñán. El nombramiento del nuevo delegado ayudará a destensar las relaciones con ERC, que había puesto mucho empeño en esta polémica.
ERC y Comuns han fijado sus posiciones de partida en la negociación para la ampliación del crédito. Los Comuns ponen el acento en las políticas de vivienda, mientras que Esquerra se centran en las ayudas a las empresas para mitigar los efectos de los aranceles.
ERC necesita negociar
ERC se ha revelado como el socio más imprevisible del Govern. Fueron precisamente los republicanos quienes cerraron la puerta a los presupuestos, obligando al ejecutivo a tener que negociar una ampliación de crédito para asegurar las inversiones.

Los encontronazos por la polémica de Perpiñán y el caos en Rodalies habían alejado a Govern y ERC. Pero Esquerra necesita ahora entrar en la negociación para asegurar la estabilidad del gobierno si quiere seguir recibiendo concesiones. En plena crisis de credibilidad, los republicanos necesitan ser influyentes en el Govern y el paso dado ahora es una clara muestra.
ERC ha pedido destinar 300 millones a reforzar las delegaciones catalanas en el exterior y para ayudas directas a empresas exportadoras. Junts está consiguiendo importantes concesiones en Madrid, y los republicanos temen quedarse atrás. Las negociaciones del crédito abren una nueva oportunidad para ganar influencia en el ejecutivo catalán.
Arrastrar al PSC a la izquierda
Los Comuns son un socio más fiable para el gobierno socialista, pero últimamente habían intentado marcar distancias. Ahora ven la guerra comercial como una justificación para dar su brazo a torcer. Además, consideran imprescindible estabilizar un gobierno que la semana pasada amplió su frente progresista a la CUP.
Además, igual que ERC también hacen sus cálculos y creen poder sacar provecho de la negociación. Los Comuns piden una inversión de 850 millones para crear vivienda pública, frenar los desahucios y sancionar a los grandes tenedores.
Esto no solo les permitirá seguir explotando el tema estrella de su legislatura, la vivienda. También permitirá reforzar el frente progresista en el Parlament, que los Comuns plantean como un dique de contención de la extrema derecha. En este sentido, tanto ERC como Comuns quieren sacar pecho de haber arrastrado al PSC hacia la izquierda.
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