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POLÍTICA

'Necesitamos tres millones de inmigrantes': El arqueólogo de la CUP enciende Cataluña

Eudald Carbonell abre el debate sobre la necesidad de la inmigración o su percepción como peligro

Eudald Carbonell es un conocido arqueólogo catalán que acumula varios premios e investigaciones internacionales en el campo de la paleontología. Pero su figura trasciende al ámbito de la arqueología por su compromiso y sus recurrentes afirmaciones sobre la realidad social y política. 

Empezó militando en el PSUC cuando era joven. En los últimos años ha sido uno de los intelectuales de cabecera de la CUP, y recientemente firmó el manifiesto de apoyo a la candidatura de Carles Puigdemont para las elecciones catalanas. 

El domingo fue entrevistado por Xavi Bundó en el Via Lliure de RAC1, y sus declaraciones no han pasado inadvertidas. El célebre arqueólogo se mostró muy preocupado “por la supervivencia de Cataluña como identidad y como cultura”. Hizo referencia al bajo índice de natalidad, que es de 0,9 hijos por mujer, y advirtió de que a este paso “desapareceremos en tres generaciones”.

Lo que sorprendió verdaderamente fue la solución que dio al problema de la baja natalidad: “Cataluña necesita tres millones de inmigrantes”. 

Su planteamiento parte de la idea de que nos estamos acercando a la Tercera Guerra Mundial, algo que según él es inevitable. Vaticina que habrá tres mil millones de muertos, a lo cual se añade el problema de la baja tasa de reproducción. Eudald Carbonell cree que para sobrevivir como especie deberíamos ser el doble de la población existente ahora mismo, lo cual es aún más preocupante en el caso de Cataluña.

“Sin identidad no hay diversidad”, dice el arqueólogo, que cree que si no se revierte el problema Cataluña acabará siendo “una cosa anodina”. Pero para él la solución no es aumentar la natalidad sino importar más inmigración a Cataluña. Hasta tres millones, dice, lo cual significaría casi la mitad del total de la población catalana.

Debate en las redes: estupor e indignación

La publicación de la entrevista en el perfil de Twitter de Rac1 ha dado pie a un intenso debate sobre las declaraciones. Un catalán, Jordi Roca, explica que vive “en una ciudad que recibe mucha inmigración” y que ha visto “transformarse todo mi entorno”. Por eso afirma rotundamente que “si la nueva Cataluña tiene que ser así, prefiero que desaparezca”.

En otro comentario, un ciudadano explica que “nunca había visto mi barrio como hoy”, con ocupación de pisos, peleas, gritos de madrugada, suciedad, robos y violencia. “Todos los implicados son extranjeros”, añade, y por eso pregunta “si realmente es eso lo que necesitamos”.

“Lo que necesitamos es fomentar la natalidad autóctona y no importarla de fuera”, dice uno de los comentarios. También hay muchos que señalan la contradicción del arqueólogo, que por un lado se muestra preocupado por la identidad y por el otro pide inmigración masiva. Ricard afirma que “últimamente parece que todos los grandes tótems catalanes han perdido el juicio, desde periodistas a cantantes y políticos”.

Inmigración o sustitución cultural

En Cataluña el debate político en torno a la crisis demográfica está dividido entre los partidarios de más inmigración y los que plantean el problema de la sustitución demográfica.

La izquierda defiende postulados buenistas según los cuales la inmigración no es solo un acto humanitario sino también una solución a la necesidad de mano de obra y la fiscalidad (por ejemplo, para pagar las pensiones). Además, ponen en valor la diversidad y la multiculturalidad como un aspecto positivo y deseable.

Eudald Carbonell se enmarca en esta línea de pensamiento que abarca la Cataluña progre, sobre todo en la órbita de ERC y las CUP. Desde el Govern, Esquerra ha fomentado la inmigración masiva sin tener en cuenta las consecuencias de la misma, y ha tildado de extrema derecha a quienes se oponen. De ahí que celebraran la Cataluña de los 8 millones y pusieran como objetivo más acogida para llegar a la Cataluña de los 9 millones.

Al otro lado están quienes creen que hay una sustitución demográfica y cultural que, con la importación masiva de inmigrantes, sobre todo de origen islámico, acabará sustituyendo las culturas autóctonas por las extranjeras. Estas tesis ven la inmigración ilegal como un problema.

Son los mismos que ven una irresponsabilidad el llamamiento a seguir trayendo inmigrantes como hace Eudald Carbonell desde su posición privilegiada.

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