Los barones del PSOE se la juegan
Los gobiernos socialistas en Castilla-La Mancha, Valencia y Aragón; en la cuerda floja
El desgaste o no de Pedro Sánchez en las próximas elecciones autonómicas se medirá también en la medida que el PSOE puede mantener comunidades emblemáticas. En efecto, García Page se la juega en Castilla-La Mancha, Ximo Puig en Valencia y Javier Lambán en Aragón. Entre otras razones porque indicará si el presidente del Gobierno es todavía un buen cartel electoral o no.
El PP puede gobernar con Vox, los socialistas necesitan llegar a la mayoría absoluta
De hecho la convivencia de los barones socialistas con La Moncloa no ha sido fácil. Pedro Sánchez no ha olvidado que fueron los barones del PSOE los que le echaron en septiembre del 2016. El exsecretario general empezó entonces a recorrer España, convenció a las bases y se hizo con el control del partido.
Las reuniones de la ejecutiva o del comité federal suelen ser ahora una balsa de aceite. Basta ver el último congreso donde se homenajeó a Alfredo Pérez Rubalcaba (1951-2019). Rubalcaba fue el que acuñó la expresión “gobierno Frankenstein” para referirse a un eventual pacto con Podemos e independentistas.
Los barones también consideran que el pacto del PSOE con Bildu y Esquerra les puede perjudicar. En realidad, el hecho de que los abertzales colocaran en sus litas a ex miembros de ETA, incluso con delitos de sangre, fue el tema estrella al inicio de la campaña. Bildu acabó rectificando pero habrá que ver si la polémica tendrá incidencia en el resultado electoral
Al final, a pesar de las diferencias, todos los barones se han hecho sanchistas: no era cuestión de mostrar tensiones en plena campaña. Aunque, en el mitin central en Castilla y León, Pedro Sánchez y Page estaban en ambos extremos de la foto.
Hay todavía otro factor: Sumar es una incógnita y Podemos está previsiblemente a la baja. Los socialistas necesitan llegar a la mayoría absoluta para conservar los gobiernos regionales. Mientras que el PP siempre puede pactar con Vox.
Además, los socialistas ya han perdido comunidades como Andalucía y Madrid, antaño feudos socialistas. Si el dómino sigue cayendo puede intuirse un cambio de ciclo en unas generales a sólo unos meses de distancia.