Montaje de fotos de una manifestación independentista y, al lado, la imagen de una botella de Cacaolat y un hombre con rostro de enfado

POLÍTICA

Indepes organizan una campaña en contra de Cacaolat

Boicotean en redes a la empresa catalana por etiquetar sus productos en español: ‘la idea es hacerles imposibles la comunicación digital’

El grupo Damm - que en 2021 compró la marca Cacaolat - se enfrenta a un inesperado problema. El independentismo virtual se ha puesto de acuerdo para boicotear su conocida marca de batidos. Lo hacen después de que la empresa empezara a etiquetar y publicitar sus productos en español.

Etiquetado en catalán

Es una de las protestas más habituales del nacionalismo: la falta de etiquetado en catalán. Los casos de denuncias y reproches a empresas que anuncian sus productos en español han sido comunes. En ocasiones, se han llegado a presentar incluso denuncias al amparo de la ley catalana de política lingüística.

Esta ley indica que es obligatorio rotular al menos en catalán. En el caso de presentarse una denuncia, la Agencia Catalana de Consumo procede a una actuación, que casi siempre consiste en recordarle al comercio la ley. En el caso de que la empresa no rectifique se procede a una sanción.

Nuevo boicot a una compañía catalana

En cualquier caso, en esta ocasión la historia no trata sobre denuncias a la Agencia Catalana de Consumo. Pero sí se trata de una historia recurrente en Cataluña y que suele tener a empresas catalanas como protagonistas. Usuarios de redes sociales y de ideología independentista han puesto en marcha un boicot a la mítica marca Cacaolat por etiquetar sus productos en español. Hace poco se vivió un caso idéntico con la también mítica marca catalana Espinaler.

La marca, que desde hace tres años es propiedad del Grupo Damm, lleva varias semanas siendo señalada por hacer su publicidad en español. Esto ha desatado las iras de parte del ecosistema ‘indepe’ en redes, que llamaron a un boicot a la compañía con sede en Santa Coloma. Los usuarios denunciaron que Cacaolat censuró los comentarios hechos en Instagram y avisaron de que trasladarían sus protestas a X.

“Estad a punto”, avisaban. “La idea es hacerles imposible la comunicación digital, puedes molestarles también en Tiktok si queréis”. Algunos comentaban que incluso se habían puesto en contacto con la empresa para pedir explicaciones.

Captura de pantalla del tweet de un usuario hablando de la polémica de Cacaolat en Cataluña

Un repaso a los últimos mensajes de la compañía en X muestran que, efectivamente, “la idea es hacerles imposible la comunicación digital”. Algunos de los últimos anuncios publicitarios de la marca alcanzan los centenares de respuestas. En su absoluta mayoría, son de consumidores independentistas airados que esperan al último mensaje que publique la empresa.

Todas las respuestas van en la misma línea. “En catalán o no entráis en mi casa”, “Me paso a Laccao”, “No os dejaremos en paz”, “En catalán o celebraremos cuando cerréis”, “Botiflers de mierda”. Este es el tono general de un boicot que todavía dura. Al igual que sucedió con Espinaler, por el momento Cacaolat guarda silencio.

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