El dato de la delincuencia y la inmigración que refleja lo que está pasando en BCN
El 2023 fueron detenidos en el distrito de Ciutat Vella 10.500 delincuentes, treinta de media cada día
En los barrios de Ciutat Vella, se ha observado un incremento significativo en el número de detenciones. Las estadísticas de arrestos son contundentes: en 2018 se llevaron a cabo 6,000 detenciones, lo que equivale a más de quince diarias.
Para el año 2023, los Mossos d’Esquadra realizaban cerca de 30 arrestos al día, acumulando un total de más de 10,500 detenciones anuales. La mayoría de estos detenidos son extranjeros, publicaba hace unos días el periodista de El Caso, Guillem Ramos-Salvat.
Aun así, persisten desafíos significativos como la reincidencia y la presencia de narco pisos. Según explicaba el intendente Víctor Martín a El Caso y en referencia a la presencia policial en el distrito, “esto no es suficiente”. La reincidencia, especialmente en delitos menores, genera inseguridad entre los ciudadanos y representa un desafío constante para las fuerzas policiales.
Es relevante destacar que casi la mitad de la población penitenciaria en Cataluña es extranjera, lo que subraya la necesidad urgente de reformas legislativas para abordar esta situación. Es esencial considerar el contexto socio demográfico de Ciutat Vella, donde el 51,6% de los habitantes son extranjeros. Esta diversidad poblacional, junto con la presencia de narco pisos, contribuye a la complejidad del panorama delictivo en la zona.
Ciutat Vella cuenta con su propia Junta Local de Seguridad, siendo el único distrito de la Barcelona con esta característica. Esta junta es necesaria para abordar los desafíos únicos que enfrenta la zona, incluyendo la multirreincidencia y los problemas asociados con el tráfico de drogas, muy presente en este distrito.
Muchos vecinos piden que la situación actual demanda una acción integral que vaya más allá de las intervenciones policiales. Afirman que se requieren medidas legislativas efectivas para abordar las causas profundas de la reincidencia y promover estrategias de desarticulación de las bandas presentes. Además, creen que se necesitan programas específicos de prevención del delito que aborden las condiciones subyacentes que contribuyen a la criminalidad en la zona.
Ramos-Salvat publicaba en El Caso que se confiscan constantemente armas blancas, incluso katanas y machetes. Estas armas son comunes en las peleas entre bandas rivales, que se disputan las calles del barrio para el tráfico de drogas y los hurtos.
El aumento en la actividad policial en Ciutat Vella refleja una respuesta contundente a los desafíos delictivos en la zona. Es evidente que se requieren acciones adicionales para abordar eficazmente la reincidencia y otros problemas persistentes. La colaboración entre las autoridades locales y la policía, Mossos y Guardia Urbana es fundamental para lograr mejoras significativas en la seguridad del barrio.
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