Alberto Núñez Feijóo se rinde a la tentación independentista

España despedirá este 2024 con la incertidumbre del momento actual en la política española. Pedro Sánchez tendrá que responder en los próximos días a la exigencia de Junts de someterse a una cuestión de confianza. Si lo hace puede perder la votación, pero si no lo hace corre el riesgo de perder el apoyo del partido de Carles Puigdemont.

Ambas situaciones obligarían a Pedro Sánchez a disolver el Gobierno y convocar elecciones anticipadas. Se abriría entonces un nuevo escenario en el que, según todas las encuestas, el futuro de la política española recaería en el PP.

Además de seguir con atención los movimientos de Pedro Sánchez, también es importante ver qué está haciendo Feijóo. El líder de los populares ve a Junts como un instrumento útil y necesario para acabar con el sanchismo. Por eso se ha quitado los complejos y se ha entregado a la tentación nacionalista mientras sigue distanciándose de Vox.

Los sondeos dan a Feijóo como favorito de los españoles para ocupar la Moncloa. Pero también dejan claro que no podrá hacerlo solo y que la única alternativa de Gobierno es una alianza entre PP y Vox. Esto obligará a unos y otros a reconstruir los puentes demolidos este último año.

Feijóo se comerá las uvas atrapado en el dilema de si reforzar su alianza con Vox o explorar el acercamiento a PNV y Junts. En Génova marcan claramente dos etapas. Una primera de acoso y derribo al Gobierno, donde necesitarán a Junts, y una segunda de formación de Gobierno, donde tendrán que entenderse con Vox.

Malestar en las filas del PP

Hay que recordar que Feijóo recibió muchas críticas internas por tantear a Junts tras las elecciones del 23-J, el año pasado. Sin ir más lejos, los movimientos de Génova provocaron un cisma entre Feijóo y Alejandro Fernández en Cataluña. Ahora creen que la situación ha cambiado y que necesitan a Junts como aliado táctico para acabar con Pedro Sánchez.

Pero la visión de la dirección no es plenamente compartida por las filas del PP, donde vuelven a aparecer las dudas. Creen que entregarse a la tentación independentista para acabar con Pedro Sánchez acabará beneficiando a Vox. Además, creen que Feijóo corre el peligro de acabar como rehén de Puigdemont igual que le ha pasado a Sánchez.

Más allá de la zozobra interna, Feijóo ha impuesto la estrategia de explotar las diferencias ideológicas de la coalición de Gobierno. La reforma fiscal ha evidenciado una gran distancia entre PNV y Junts, y el resto de la coalición. Su idea es seguir atrayendo a nacionalistas vascos y catalanes para ir ensanchando el bloque de la derecha.

Qué pasará con Vox

Si el Gobierno cae y hay elecciones, el plan A de Feijóo es conseguir una mayoría suficientemente amplia para gobernar solo. Pero a tenor de las encuestas, lo tiene muy difícil. El PP mejoraría los resultados del 23-J pero quedaría lejos de la mayoría absoluta, y además en las últimas encuestas está cediendo terreno a Vox. 

El principal obstáculo para la coalición de derechas es la desconfianza mutua. En el PP ven a Vox como un elemento tóxico culpable del fiasco de las elecciones del año pasado. En Vox ven a PP y PSOE como parte de un mismo problema, y a Feijóo como lacayo de Sánchez.

En Génova empiezan a asumir que a la larga no podrán gobernar con Vox, y esto implicará asumir parte de su relato. La única esperanza que PP puede sumar en un frente amplio con PNV o Junts, algo poco probable. O que la caída del Gobierno se lleve por delante a Sánchez, y su relevo en el PSOE permita fraguar la soñada Gran Coalición.

Mientras todo eso ocurre, el PP prepara nuevas ofensivas para pactar con PNV y Junts y seguir debilitando a Sánchez. Lo cual desgasta su legitimidad a nivel interno y alimenta la teoría de Vox. El tiempo dirá si el pan para hoy de Feijóo con Junts acaba siendo hambre para mañana.