El misterioso marido de Alfred Rodríguez Picó y su drama más desconocido

Alfred Rodríguez Picó es y será siempre uno de los grandes meteorólogos de nuestro país. Picó tiene 66 años y vive junto a su marido José. Además, sigue dedicándose a la meteorología en medios como La Red y a su empresa Taiko Meteorologia.

Alfred Rodríguez Picó y su marido José se casaron en el 2006. No obstante, no se conocen demasiados detalles de la vida personal del ex de TV3. El meteorólogo no suele hablar públicamente de su círculo más privado. 

El misterioso marido de Alfred Rodríguez Picó

Fue en el año 2007 cuando Alfred Rodríguez Picó habló de su cónyuge en una entrevista en El Periódico. En ella, le preguntaron cómo llevaba su marido su pasión por su profesión.

"Lo que él debe tener es paciencia porque si la borrasca o la nieve llega de madrugada sin querer le despierto. Voy corriendo de un lado para otro haciendo fotos de los relámpagos y de los truenos, gritando de euforia. Pero ya está acostumbrado a mis locuras".

Con esta confesión, Alfred Rodríguez Picó ponía sobre la mesa el secreto de su matrimonio. Y es que la clave es la paciencia. Ambos tienen profesiones completamente distintas, ya que José "trabaja con la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya, la OBC", declaró.

Alfred Rodríguez Picó y su drama más desconocido

Alfred Rodríguez Picó se despidió definitivamente de TV3 en el año 2002. Desde ese momento, corrieron infinidad de rumores sobre el motivo de su adiós. Es por eso que, en 2021, en una entrevista en 8tv, quiso apagar cualquier rumor sobre su marcha de la cadena.

Según explicó el meteorólogo, trabajaba a la vez en TV3, Catalunya Ràdio y La Vanguardia y por este motivo "colapsé, mi vida no podía seguir así". Alfred Rodríguez Picó explicó que se marchó de la televisión pública de Cataluña porque estaba cansado.

Su despedida fue tan sonada que circularon infinidad de rumores. "No tenía gracia, y se dijo que yo tenía el sida o que me había atropellado un camión o que me iba a Telecinco", aseguró el de Barcelona. 

Además, sufrió una presión muy fuerte. Hasta tal punto de verse obligado a realizar un reportaje para la revista Lecturas "en bañador para demostrar que no tenía el VIH", concluyó. No cabe duda que, en muchas ocasiones, ser famoso te juega muy malas pasadas.