Javier Ungría hace un último intento con Elena Tablada por el bien de su hija
Javier Ungría se esfuerza por llegar a un acuerdo con Elena Tablada antes de marcharse a 'Supervivientes'
Javier Ungría está a punto de emprender su aventura en Supervivientes. Pero, antes de viajar a Honduras, tendría intención de llegar a un acuerdo con Elena Tablada.
Todo, por el bien de la hija que tienen en común. Y es que Ungría, según apuntan diversos medios, considera que "todo do lo que ha dicho Elena no se ajusta a la realidad".
Así, fuentes cercanas apuntan a que ella buscaría "una rentabilidad económica y él no está dispuesto a ceder". Teniendo en cuenta que a Javier Ungría no le gusta la prensa ni estar en el centro de la polémica, lo cierto es que su decisión de participar en un reality como Supervivientes ha sorprendido mucho.
"Supuestamente a él no le gusta la prensa y quiere pasar más tiempo con la niña...", opinaba Elena Tablada al respecto. "Creo que va más por fama que por necesidad, por esa fama que dice que no le gusta. Me debería temer él, pero yo no", sentenciaba.
Javier Ungría trata de llegar a un acuerdo con Elena Tablada
Del mismo modo, Tablada siempre ha defendido la idea que sus hijas se críen juntas. "Así llevo haciéndolo desde hace 13 años que me convertí en mamá", reconocía públicamente.
"Pelear o batallar son palabras muy feas. Yo lo único que quiero es lo mejor para mis niñas y por eso me entrego tanto en cuidarlas y protegerlas", aseguraba al respecto.
La ruptura entre Ungría y Tablada terminaba convirtiéndose en una auténtica batalla campal que les llevaba hasta los tribunales.
De hecho, Elena llegaba incluso a llamar "narcisista" a su exmarido. Mientras que él tampoco se quedaba callado.
"Muy intrigado con esta nueva vertiente de gente supuestamente 'zen', que curiosamente solo se preocupa por tocar los cojones a los demás. ¿Zen o no zen? Esa es la cuestión", le replicaba Ungría.
"Tú puedes dar una información que sea incorrecta, falsa, sesgada... Pero creo que es una falta de respeto grande. No por mí y mi familia, que eso ya estamos más que acostumbrados", se lamentaba Javier.
"Pero por una niña de tres años y medio que no tiene por qué escuchar y leer en el futuro", concluía.
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