El Barça ante el espejo

“No hay peor cuña que la de la misma madera”. El Barça se enfrentó a la imagen del equipo que quiere ser. En Montjuic, el Girona fue el equipo confiado, fluido, dominador, desequilibrante y definitivo. Cuando muchos esperaban la caída del equipo de Michel en el escenario  "grande” , lo que hizo el Girona fue crecerse, confiar ciegamente en su “libreto” y consumar un partido supremo.

La batalla táctica comenzó con la presión alta del Barça que pareció desconcertar al Girona. Pero no aprovechó el Barça para golpear y el Girona acabó encontrando la superioridad en el centro ganando la batalla táctica con la posición indescifrable de un espectacular Miguel Gutiérrez.

Brillante la lectura de Michel abriendo mucho la posición de Savinho y confiando en que un dudoso defensor como Blind se encargase de Raphinha. Esas decisiones otorgaron a Gutiérrez la posibilidad de aparecer por dentro y destrozar la presión del Barça.

A partir de ahí la máquina del Girona comenzó a funcionar  sin que el Barça encontrase respuestas. En un partido a tumba abierta esperas que sea el poderoso el que haga valer su calidad en el intercambio de golpes.

Demostró el líder tener más calidad e inspiración en su ataque, más control o vértigo en el centro según requiriese la situación y más firmeza defensiva cuando tocó. 

Es tan fantástico como equipo el Girona que nadie repara en futbolistas como Iván Martín. En la máquina perfecta en que se han convertido el equipo, el vasco no sale en ninguna foto ni en las especificaciones técnicas del aparato. Él es la grasa que facilita que todos los demás puedan brillar.

Los que disfrutan del futbol ambicioso, desacomplejado e inteligente pueden esperar seguir viendo ahí arriba al Girona. Ya no hay dudas de que va a ser así. Como tampoco hay dudas de que si caen será con las “botas puestas”.

Donde vuelven las dudas es en el Barça. El equipo había respondido en un momento clave de la temporada rehaciéndose en el desierto con la vuelta de De Jong y Pedri.

El partido le puso ante el espejo y le demostró que a pesar de esa recuperación el equipo está lejos de poder competir ahora mismo al nivel de los mejores de Europa.

No jugó bien el Barça. No puede ser así cuando recibes cuatro goles y tu portero es uno de los destacados del partido. No puedes quedarte solo con que el equipo fue capaz de generar y obviar todo lo que fue incapaz de controlar.

El consuelo es que hasta el mes de mayo en Montilivi no van a encontrarse un equipo así en La Liga. 

Mientras, el equipo debe crecer y olvidarse de este varapalo y seguir su camino. A pesar de que sea duro asimilar que los delanteros del Girona ahora mismo son mucho mejores que los tuyos, que en el medio te superó y que descompuso a una defensa que ante Oporto y Atlético parecía recuperar su solidez.