Las cebollas de Santa Pau pronostican el cambio de tiempo más importante en Cataluña

La lluvia es algo que preocupa mucho en Cataluña. La sequía que está atravesando, y los pantanos, a un 16,75% de su capacidad total, hacen que Cataluña se encuentre en una fase de emergencia inminente. 

La escasez de lluvias y la sequía es algo que Josep Grabulosa, un mecánico de Santa Pau (La Garrotxa), ya predijo el año pasado. Y es que este mecánico cada año hace su particular predicción sobre el tiempo utilizando una cebolla. 

Grabulosa, explicaba a los micrófonos de Catalunya Ràdio, que con los cortes de una cebolla es capaz de predecir la pluviometría del año. Con este “don”, el mecánico se ha vuelto una eminencia en Santa Pau, donde todos esperan con ansias sus predicciones. 

El método mediante el que predice la pluviometría es muy sencillo. La noche de Fin de Año, antes de cenar, Grabulosa prepara una cebolla. “Tiene que ser del huerto, que haya vivido al aire libre. La más bonita”, asegura el mecánico. 

Tras seleccionar la cebolla, esta se parte por la mitad y se separan las capas donde ha tocado menos el sol, correspondiendo a los meses de enero a junio. Después se repite el mismo procedimiento en la otra mitad de la cebolla, que corresponderá a los meses entre julio y diciembre. 

Tras el este procedimiento, Grabulosa pone sal a las capas que ha retirado y las deja la intemperie toda la noche. A la mañana siguiente, si la capa ha acumulado agua, quiere decir que ese mes será lluvioso. 

Por ello, este mecánico de Santa Pau ha augurado una primavera lluviosa que pondrá fin a la sequía. Sin embargo, Grabulosa asegura que nos esperan un verano y un otoño secos, aunque se remontará durante los últimos meses del año.

“En enero y febrero tendremos 50 litos cada mes. Seran en forma de nieve, pero durante la primavera (marzo a junio) tendremos mucha, mucha agua. Llegaremos a 600 o 700 metros”, apuntaba

Así pues, si las predicciones de Josep Grabulosa se cumplen, pronto la situación de los pantanos catalanes mejorará y podremos abandonar el estado de pre-alarma. Una situación altamente optimista en la que confían los vecinos de Santa Pau. Y no es para menos, porque el pasado año, Grabulosa solo se pasó de 150 litros de agua, y predijo la sequía por la que está pasando Cataluña.