Si te han echado del trabajo, debes tener en cuenta esto: Hacienda podría multarte
La indemnización por despido suele estar exenta de tributación, pero en ciertos casos debe declararse a Hacienda
Recibir una indemnización por despido puede ser un momento complicado. Además de gestionar las emociones y buscar un nuevo empleo, surge la dudas sobre cómo gestionar el papeleo.
Cuando una empresa decide finalizar tu contrato, es común que se ofrezca una indemnización por despido. Esta compensación económica puede variar según el tipo de despido y las circunstancias específicas. Y ante esta situación surge una duda muy frecuente: ¿hay que declararla en la renta?
¿Qué es una indemnización por despido?
La indemnización por despido es una compensación que se otorga al trabajador cuando finaliza su relación laboral con la empresa. La cantidad percibida depende del salario, los años de servicio y el tipo de despido. Los despidos pueden ser de varios tipos:
- Despido objetivo: Se produce por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción.
- Despido improcedente: Ocurre cuando la empresa no cumple con los requisitos legales para justificar el despido.
- Despido voluntario: Sucede cuando el empleado decide abandonar la empresa por motivos personales o por incumplimiento del empleador.
- Despido colectivo: Se produce cuando una empresa decide despedir a varios empleados simultáneamente por razones económicas u organizativas.
- Fin de contrato: Se refiere a la finalización de un contrato temporal sin renovación.
¿Se debe tributar a Hacienda la indemnización por despido?
En general, las indemnizaciones por despido están exentas de tributar en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF). Esto significa que no tienes que incluir esta cantidad en tu declaración de la renta y pagar impuestos por ella. Sin embargo, hay excepciones.
La principal excepción es cuando la indemnización supera los 180.000 euros. En este caso, solo la parte que exceda de esta cantidad estará sujeta a tributación. Este límite se establece para evitar que las personas que reciben indemnizaciones muy elevadas se beneficien de una exención fiscal demasiado generosa.
¿Por qué existe este límite? La idea es que las grandes fortunas también contribuyan a sostener el Estado a través de los impuestos.
Es importante destacar que esta exención aplica tanto a despidos improcedentes como a despidos objetivos. Sin embargo, en caso de despido procedente, la indemnización suele ser menor y, por lo tanto, menos probable que supere el límite de los 180.000 euros.
Más casos en los que la indemnización por despido sí tributa
El artículo 7 de la Ley del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) establece las condiciones bajo las cuales la indemnización por despido debe tributar. A continuación, detallamos las situaciones en las que la indemnización sí está sujeta a tributación:
- Indemnización por fin de contrato. Si un contrato temporal termina y no se renueva, la indemnización puede estar sujeta a tributación si se supera el límite establecido legalmente.
- Indemnizaciones pactadas excediendo límites. Si la indemnización acordada en el contrato o convenio supera los límites legales o se paga por voluntad de la empresa, el exceso deberá ser declarado.
- Despido improcedente reconocido por la empresa. Si la empresa admite el despido improcedente en la carta, la indemnización puede tributar, aunque normalmente lo determina un juez.
- Indemnización por extinción voluntaria del contrato. Si el trabajador finaliza el contrato voluntariamente sin basarse en causas del Estatuto de los Trabajadores, la indemnización puede tributar.
En estos casos, la indemnización debe incluirse en la declaración de la Renta en el apartado de rendimientos del trabajo. Sin embargo, se puede aplicar una reducción del 30% según el artículo 18.2 de la Ley del IRPF.
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