Lamine Yamal con chaqueta deportiva roja y emoji de cara sorprendida a su lado
CORAZÓN

Giro de 180° para Lamine Yamal: destapan todos los secretos de su polémica fiesta

Revelan las condiciones de confidencialidad que los invitados tuvieron que aceptar en la celebración del cumpleaños de Lamine Yamal

El futbolista Lamine Yamal, una de las mayores promesas del FC Barcelona, cumplió 18 años y decidió celebrarlo con una fiesta que no ha dejado indiferente a nadie. Lejos de una reunión discreta, el joven organizó un evento de alto nivel en una mansión alquilada en Olivella.

La fiesta, que pretendía ser totalmente privada, ha generado revuelo por los detalles que han ido saliendo a la luz. Sin embargo, a medida que se han conocido más aspectos de la celebración, el debate en redes y medios no ha dejado de crecer.

Giro de 180° para Lamine Yamal

Según revelaron las periodistas Laura Fa y Lorena Vázquez, la celebración estaba meticulosamente planificada desde el primer minuto. "Fue una fiesta estrictamente escaletada para centenares de personalidades desde las 21:30, hasta bien entrada la madrugada", explicó Fa.

La ambientación seguía una temática gánster, con una puesta en escena que incluía un saxofonista en directo, zona de shishas. Además, también había un tatuador profesional y un casino rodeado de "casino ladys".

Uno de los puntos más comentados fue la presencia de personas con acondroplasia, que formaban parte del show. Desde el entorno del jugador se defendió su participación alegando que son profesionales que trabajan animando eventos.

Joven con cabello rubio rizado y chaqueta deportiva azul y roja mirando hacia el frente con expresión seria

Destapan todos los secretos de la fiesta de Lamine Yamal

La privacidad fue uno de los pilares del evento. Nada de móviles, grabaciones ni publicaciones en redes sociales. A todos los asistentes se les confiscaron los teléfonos en la entrada y se les hizo firmar una cesión de derechos de imagen.

Además, cada invitado llevaba una pulsera de color que indicaba su rol dentro de la fiesta: invitados, trabajadores u organizadores. El evento contaba con fotógrafos oficiales, y el control era absoluto.

También se firmaron cláusulas de confidencialidad muy estrictas. Según Fa y Vázquez, existían hasta tres niveles distintos, con penalizaciones económicas que iban desde los 100.000 hasta los 2 millones de euros. Todo esto dependiendo del tipo de información filtrada.

"Estas cláusulas no caducan: el silencio es para siempre", afirmaron. Pese a las críticas que han surgido en redes sociales, desde su entorno defienden que Lamine simplemente quiso celebrar un momento especial rodeado de amigos y con todo bajo control.

Fue una fiesta cuidada hasta el último detalle, blindada ante cualquier filtración. Además, estaba pensada para que el joven pudiera disfrutar de una noche única, a su manera y sin intromisiones externas.

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